USO DE
RAZÓN. DICCIONARIO DE FALACIAS |
|
Falacia de confundir los DESEOS CON LA REALIDAD,
o
Wishful thinking |
Consiste en
considerar exclusivamente las posibilidades favorables, menospreciando el resto
de las alternativas. Quien incurre en esta falacia piensa que las cosas irán bien
porque pueden ir bien. Es una forma de turbación afectiva de la inteligencia
que nos lleva a confundir nuestros deseos con la realidad o, si usted
prefiere, lo que es meramente posible con lo que es probable o seguro. Cuando
Creso preguntó si debía emprender la guerra contra los persas, el oráculo
predijo que si lo hacía destruiría un gran imperio. No se le ocurrió preguntar
de qué imperio se trataba, y emprendió la guerra confiadamente. La realidad fue
que cayó un imperio: el de Creso. Habitualmente encadenamos las ensoñaciones según el modelo
popularizado en el cuento de La lechera, lo que nos lleva a construir
argumentos
basados en una serie de relaciones causaefecto que concluye en un final remoto
e innecesario, pero favorable. Estamos ante una falacia opuesta a la Pendiente resbaladiza. Al contrario que ésta, anima a dar el
primer paso. Ahora se trata de mostrar un resultado final extremadamente
positivo pero tan incierto como la catástrofe que nos amenaza allí. El motivo
es el mismo: ofrecer un panorama, en este caso atractivo, que distraiga de la
falta de méritos del hecho o decisión que se discuten. A veces se enfrentan ambas falacias, como ocurre en las campañas
electorales: los contrincantes se sacuden golpes de pendiente resbaladiza y
soñar despierto mutua y sucesivamente. Sin llegar a estos extremos, no es raro
que en todos los debates públicos en que se emplea la una, surja la otra. Por
ejemplo: Un megamuseo urbano se puede defender, mediante una pendiente
resbaladiza, alegando que: de no construirlo la ciudad perderá renombre y
atractivo; atraerá menos turistas; algunos negocios no se instalarán y otros
abandonarán la ciudad; se perderán empleos, subirán los impuestos y descenderá
el precio de las propiedades inmuebles. Un desastre. Por el contrario, se puede combatir con una buena ensoñación: es
mejor emplear esa montaña de millones en mejorar las infraestructuras, el
trasporte y la educación, todo lo cual atraerá más industrias, combatirá el
paro y permitirá que bajen los impuestos. Seguramente ni la falta del megamuseo equivale a desastre ni el
rechazarlo nos traslada al paraíso. Ambas posiciones son falaces porque aceptan
que las posibilidades remotas son ciertas y automáticas. "Boladenieve" sostenía que el
molino podría hacerse en un año. En adelante, declaró, se ahorraría tanto
trabajo, que los animales sólo tendrían tres días laborables por semana.
"Napoleón", por el contrario, sostenía que la gran necesidad del
momento era aumentar la producción de comestibles, y que si perdían el tiempo
en el molino de viento, se morirían todos de hambre.[1]
Un lector de esta
página, me sugiere la expresión Pensamiento Desiderativo
para traducir
Wishful thinking
Véase tambien la falacia del Jugador. |
[1] Orwell: Rebelión en la granja.