Consiste en
rechazar una generalización alegando excepciones irrelevantes. ¡Mira esa desnaturalizada! para
que luego digan que las madres aman a sus hijos. Como es sabido, las reglas generales no se invalidan
señalando excepciones, sino demostrando que éstas conforman la mayoría de los
casos. Se esfuerza por desvirtuar una
regla citando cinco o seis casos en que no se cumple. Aunque hubiera sido
posible aducir cincuenta en vez de cinco, esos cincuenta ejemplos podrían seguir
siendo razonablemente considerados como excepciones a la regla hasta el momento
en que pudiera refutarse la regla misma.[1] Se trata de una falacia muy extendida, mediante la cual el
adversario intenta llevarse el debate a los cerros de Úbeda o, al menos,
concentrar la atención en los aspectos que sólo a él interesan (excepciones y
casos particulares). Es un recurso muy fácil porque nunca faltan árboles que
contradigan la orientación general del bosque. Es una argucia muy socorrida
porque entorpece la discusión y distrae al adversario con detalles nimios. Es
una artimaña fecunda porque contribuye mejor que ninguna otra a degradar un
debate que no se puede ganar, a falsearlo y a confundir al auditorio. Verbi
gratia: — Mi partido no se ha mezclado en ningún
caso de corrupción. — Pues han procesado al alcalde de
Torrepureza. — Eso fue una excepción, un abuso personal,
y no implicó a mi partido. — Pues era un miembro de su partido, ¿o es
que le habían dado de baja? — Era de mi partido, pero eso no... — Yo lo que digo... etc. Se combate esta falacia desnudando la intención y distinguiendo
con claridad entre las excepciones y la regla. He visto muchos señores de tan piadosa
condición que llevan con mucho valor y paciencia los descuidos de los criados;
pero lo contrario es lo más ordinario. Marcos
de Obregón. Dado que este sofisma desvía la atención hacia los detalles para
eludir el problema en disputa, podemos considerarla una variedad de Eludir la cuestión. Como pretende sustituir
una regla general por otra basada en las excepciones (las madres no aman a sus
hijos), debemos incluirla entre las falacias de Generalización precipitada. Otras falacias que acompañan a las generalizaciones son: Conclusión desmesurada, Falacia del Embudo, y Falacia del Secundum quid. ______________________________________________________________________ CUADRO SINÓPTICO DE LAS DISTINTAS
FALACIAS QUE ACOMPAÑAN A LAS GENERALIZACIONES Si generalizamos desde casos insuficientes o
excepcionales, cometemos una falacia de Generalización precipitada. Si nuestra generalización va más lejos de
lo que autorizan los datos, incurrimos en una falacia de Conclusión
desmesurada. Si negamos que las reglas generales tengan
excepciones o si aplicamos una regla general a una excepción, cometemos una
falacia de Secundum quid. Si rechazamos una regla general porque
existen excepciones, caemos en una falacia Casuistica. Si rechazamos la aplicación de una regla
apelando a excepciones infundadas, incurrimos en una Falacia del embudo. _______________________________________________________________ |
|
|
|
|
[1] E.
Allan Poe: El misterio de Marie Roget.